La Santa Cena cobra vida fuera de las páginas del Evangelio y se encarna en la escena que cada Jueves Santo la Cofradía Sacramental procesiona por las calles cacereñas. En este día de sol tan deslumbrante como el Triunfo de la Eucaristía, la Sagrada Cena procesionó durante toda una mañana de fervor y júbilo. Tras este gran paso que abría el cortejo, el Ángel Eucarístico del imaginero Antonio Jesús Dubé Herdugo que fue estrenado la pasada Semana Santa, precedía a la bella imagen de Nuestra Señora del Sagrario. Los tres pasos, a su llegada a Santiago fueron bailados entre aplausos y vítores mientras la música de las bandas adornaba el acontecimiento, aún más si cabe.
Día grande fue el Jueves Santo para los cofrades cacereños. En las últimas horas de la tarde tendrían lugar tres cortejos procesionales que cerrarían un Jueves Santo muy intenso y precederían a la Hermandad Universitaria.
La Cofradía de la Vera Cruz procesionó cinco escenas de la Pasión, desde la Oración en Getsemaní hasta la los Dolores de la Virgen traspasada por cuchillos de plata, caída y abatida a los pies de la Cruz. El Beso de Judas y el Amarrado a la Columna que víctima de injurias e improperios su rostro melancólico lanza una ardiente mirada de perdón. Además el crucificado de la Vera Cruz, abandona la capilla de los Sande para derramar Salud sobre los cacereños.
El hábito de los cofrades del Amor que nos recuerda a la indumentaria hebrea nos traslada a los momentos en los que Cristo aún vivo traspasa los corazones cacereños con su mirada de Amor Fraterno. Tras Él, María Santísima de la Caridad.
Lejos de estos cortejos, pero muy cerca de sus fieles, las imágenes de la Cofradía del Espíritu Santo procesionan como cada año por las calles de su barrio, que acompaña orgulloso al Stmo. Cristo del Humilladero, el Señor de la Columna y María Santísima Corredentora quien alza su mirada al cielo en un gesto conmovedor.
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