Esperanza bajo lluvia, es como podriamos denominar a la procesión de la Cofradía de los Ramos, en la tarde del Miércoles Santo. A las 20:30 h., el Cristo de la Buena Muerte, y bajo palio, la Virgen de la Esperanza, salían del Templo Parroquial de San Juan, acompañados por los numerosos cofrades y más numerosos aún devotos y curiosos, cuyo deseo era ver el Cortejo Procesional.
La Hermandad de los Ramos, se vió obligada a acortar su itinerario, debido a que las mismas nubes que habían dejado salir el desfile procesional, impidieron acabarlo por donde estaba previsto. Tras un rato de claros, las nubes rompieron a llover; fue este el motivo por el que los hermanos cofrades de la procesión tuvieron que tapar con plásticos al Stmo. Cristo y al palio de María Santísima de la Esperanza, para la protección y conservación de ambos pasos con años, incluso siglos -como el Cristo- de historia.
La procesión desvió su recorrido hacia la Plaza de la Concepción, prosiguiendo por la calle Moret, Pintores y San Juan, donde marcó su final.
Quedaba marcando, el intermedio de la Procesión de la Esperanza y el Desfile Procesional del Cristo Negro, el Santo Viacrucis realizado por la Cofradía del Espíritu Santo, con la Stma. Imagen del Cristo de la Preciosa Sangre.
En el silencio de las doce, en la noche del Miércoles al Jueves Santo, una esquila y un timbal destemplado rompían esta armonía; las antorchas y sus llamas iluminaban las tinieblas de las callejuelas del Casco Monumental cacereño, y en la Santa Iglesia de San Francisco Javier se oía: "¡Qué salga la Hermandad del Cristo Negro, Dios lo quiere así!". Era entonces cuando la inédita salida del Santo Crucifijo tenía lugar, y así, tras haber salido de manera extraordinaria, más tarde se incorporaría a su itinerario habitual, siempre con el mismo número clausus, de cincuenta y nueve hermanos; y su gran incensario, cargado por dos cofrades, todos los años, desde que hace cinco lustros, se recuperara la preciosa, perfecta y santa imagen del Santo Crucifijo de Santa María de Jesús.
Si se puede manifestar alguna crítica a la Procesión del Cristo Negro, es la presencia constante de fotógrafos y cámaras de T.V. en la salida de tan impresionante imagen, ya que respetando su labor, quitan rigor, vistosidad, respeto y seriedad a la escena inicial de la llamada de muñidor y salida del Santo Crucifijo. En mi humilde opinión la Unión de Cofradías debería colocar un estrado lateral para la prensa, gráfica y TV, con lo cual desde esta ubicación desarrollarían su "necesaria" labor informativa sin irrumpir ni interrumpir en medio de los Hermanos del Cristo Negro ni anteponerse entre la imagen y los devotos que esperan en silencio la salida de quizás la más relevante de las procesiones de la Semana Santa Cácereña.
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