4 de octubre de 2015

Rezar el Rosarío, la oración preferida de San Juan Pablo II.


En varias ocasiones durante su pontificado San Juan Pablo II declaró que su oración preferida era el rezo del santo rosario, "rezar el rosario, hablar con María". En el cabecero de una cama, en el cajón de una mesilla o en el bolsillo más profundo del bolso, para nadie debería ser difícil encontrar este instrumento de oración, con tanta historia como cuentas tiene. Rezarlo para dormir, para meditar, en momentos de desesperación o para implorar esperanza, otro de los atributos más venerados de la Madre de Dios. Rezar el rosario es algo que todo católico ha hecho o visto hacer.

Desde España a América Latina los cincuenta Ave María son en más de una ocasion protagonistas de la religiosidad popular de todos los pueblos. Nadie puede negar la gran veneración del Rosario y el fervor que los fieles profesan hacia él.

Agradecida tiene que estar la comunidad católica al dominico Santo Domingo de Guzmán, fundador de la órden de predicadores, principal responsable de la difusión y  de la veneración a la Madre de Dios en su advocación del Santo Rosario.

Narra la tradición que estaba Santo Domingo retirado en el bosque, durante tres días con sus tres noches rezando y reflexionando, entristecido por los que impedían la conversión al cristianismo de tantos...así haciendo penitencia y flagelándose para pedir por dicha conversión y perdiendo ya el sentido, se le apareció la Virgen María rodeada de ángeles y le dijo que la solución no estaba en su penitente castigo sino en la oración del salterio (libro de salmos bíblicos).

Más tarde, estaba Santo Domingo preparando un sermón que debía predicar en la Catedral de Notre Dame de París y entonces la Virgen María se le apareció con un Rosario en las manos y le explicó que su sermón estaba bien mas que sería mejor cambiarlo por un libro que ella misma le entregó donde se ilustraba como le agradaba a Dios que se rezasen cincuenta Ave María, pues se recordaba hasta cincuenta veces que la humanidad representada por María había aceptado a su hijo como Salvador del mundo. La Virgen enseñó a Domingo de Guzmán a recitar el rosario y le pidión que lo difundiera y rezara, y así intercedería para la conversión de albigenses y ateos.

Así, Domingo de Guzmán cambió su homilía y habló del rezo del rosario consiguiendo una gran devoción y difusión entre los pueblos. 100 años duró una fuerte devoción popular en el rezo del rosario tras la muerte del santo, pero pasado un siglo empezó a ser olvidado.

A mediados del siglo XIV fue Alan de la Roche, superior de los dominicos, quien tras otra aparición de Santo Domingo, la Virgen María y Jesús recuperó y volvió a extender la devoción en el rezo del rosario. Alan de la Roche y sus frailes dieron al Rosario la forma que tiene en la actualidad.



La virgen del Rosario, veneradísima y milagrosa advocación de la Iglesia y característica de la órden dominicana de predicadores, celebra su fiesta el 7 de octubre día de la victoria cristiana de la batalla de Lepanto contra los turcos, victoria concedida por la Stma. Vírgen gracias a la invocación de los soldados cristianos con el rezo del Rosario.

Esta semana la Cofradía Dominicana del Stmo. Cristo de la Victoria y Ntra. Sra del Rosario celebra solemne triduo y fiesta en honor a la titular mariana de la hermandad.







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