5 de abril de 2015

PROCESIÓN MAGNA EN CÁCERES.


Porque devoción y emoción van unidas, toma sentido el sentir cofrade; la impaciente espera, la odiada lluvia, los atónitos ojos del público cuando en su mirada se cruza un paso, que bien llevado por valientes costaleros o moviéndose al rítmico compás de las horquillas, es el causante de nuestra participación en la Semana Santa. Solo el que va encima de las andas es el culpable de nuestra "pasión"; que acertado es decir: "solo entiende mi locura quien comparte mi pasión", sólo quien vive la experiencia de ser cofrade o simple amante de la Semana Santa, sabe definir la emoción que provoca esta devoción.

Grabada en la memoria de Cáceres, imborrable del recuerdo y capítulo transcendental en la historia cofrade de nuestra ciudad queda la "magnífica magna" que con todo y para todo Cáceres se celebró al inicio de la tarde de ayer partiendo del "cacereñísimo" Paseo de Cánovas para desfilar hasta la Plaza Mayor.

Y cuando no se tienen palabras para definir lo que se siente, es cuando verdaderamente se siente. Que típico y que verdadero: "pelos de punta, ojos llorosos...". Imágenes que embelesan, misterios que sorprenden, fervor que enmudece con la sobriedad y el rigor...un cirio arder, un palio que suavemente se mece, una nube de incienso que oscurece aún más la noche que se rompe de dolor el Viernes Santo y se alegra con la Gloria antes de que despierte el Domingo de Resurrección.

Faltan palabras para definir "Semana Santa" pero nos conformamos con vivirla en directo, con sentirla y disfrutarla con todas sus procesiones en la calle, gracias al inmaculado sol que ha hecho posible la catequesis en las calles durante estos nueve días de Victoria, Humildad, Penas, Misericordia, Amparo, Salud, Dolores, Perdón, Esperanza, Santo Espíritu, Expiración, Muerte y para un Buen Fin, Resurrección, multitud de advocaciones que se confunden con los sentimientos.

Y esta gran Semana de Pasión no podía despedirse sin el "gran broche final" antes de la Resurrección, la PROCESIÓN MAGNA, posible gracias a 3000 cofrades, integrada por 14 bellísimos pasos y adornada musicalmente por 8 bandas, de esta magnitud fue "la Magna", encabezada por la Victoria que anunciaba una temprana Resurrección, y seguida por trece escenas más de la Pasión de Ntro. Señor, acompañadas por dos queridísimas advocaciones marianas, la Virgen de la Esperanza y Ntra. Sra. de Gracia.

Acontecimiento de encuentro cultural y artístico, además de lo que verdaderamente transciende que es lo religioso y devocional que fue el clímax de una Semana Santa perfecta.















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