CARTA DE UN COFRADE
Hermanos y hermanas cofrades, un año más la Semana Santa
vuelve a llegar puntual a su cita con nosotros y con nuestros amados titulares.
Ya son muchos momentos y vivencias al lado de nuestro Santísimo Cristo, los que
tenemos que ir guardando junto a nuestros recuerdos más queridos y sinceros…esa
larga lista de recuerdos va sumando más y más cada año cuando llega nuestro día
preferido. El próximo 19 de marzo no será un sábado cualquiera, bien sabido es
por todos que será El Sábado, Sábado de Pasión que nos abre las puertas a una
Semana que viene cargada de emociones, sentimientos y mucha espiritualidad.
La
Semana Santa, inaugurada en Cáceres con el desfile procesional de nuestra
cofradía, es el marco donde se van a suceder siete días santos que prepararán a
toda la comunidad cristiana para celebrar la mayor alegría que podamos
compartir, la Resurrección del Señor y nuestra fe incondicional en Él; una
resurrección que será anunciada ya siete días antes cuando La Victoria de
Cristo procesione por las calles cacereñas sobre los hombros de los hermanos de
la Cofradía Dominicana.
Cornetas y Tambores interpretando una marcha que conmueve,
una nube de incienso que perfume y purifique nuestras calles, unos cirios cuya
llameante luz anuncie la Luz de Cristo, una voz fiel que rompa el silencio y
rece los versos de una saeta, el rítmico sonido de las horquillas o el arte de
una chicotá, la admiración de los niños, la fe de los mayores, una larga fila
de capuchones o las lágrimas que odiamos que la lluvia provoque…son pocas de
las muchas cosas que la Semana Santa trae consigo, nueve días que nos piden
paciencia año tras año hasta que llegan.
Hermanos, la Semana Santa expone cada primavera un patrimonio
artístico incomparable pero la verdadera riqueza no es la que se ve, sino la
que se siente, la fe de cada uno, la misma fe que improvisa una oración
sencilla pero sincera cuando vemos ante nosotros la imagen que con fe cargamos.
Que nuestra procesión sea la manifestación de nuestra fe y que no sólo en ella
seamos penitentes, sino que durante todo el año seamos “el Simón de Cirene” que
ayuda a llevar la cruz a quienes más les pesa.
Como cofrade y hermano vuestro, os invito a celebrar nuestra
Semana Grande como el Señor de la Victoria merece, disfrutando de acompañarle
en su recorrido el Sábado de Pasión y por supuesto, siendo consciente del
privilegio y responsabilidad que ello implica.
Un abrazo en el Señor.
Abraham Velarde González.