Rvdo. Fray Juan Carlos González del Cerro O.P. (Peródico Extremadura) |
"En primer lugar debo decir que al leer estas palabras solo
pongo voz a los pensamientos y deseos de todos nosotros para con el Padre Juan
Carlos.
Y es que en esta acción de gracias debemos y tenemos que
agradecer que se nos haya brindado la enorme oportunidad de encontrarnos con
una persona tan excelente como el que haya sido párroco durante diez años de
esta, nuestra parroquia. El hecho de que los caminos de todos y cada uno de
nosotros se hayan cruzado durante este tiempo con el Padre Juan Carlos es sin
duda un regalo, que estoy seguro que todos de una manera u otra hemos sabido
aprovechar. Algunos de los presentes, veteranos en nuestra comunidad,
conocieron al Padre Juan Carlos desde el momento de su llegada, que ya prometía
una productiva y fértil labor. Otros, como servidor, y de la mano de nuestras
catequistas conocimos al Padre Juan Carlos en uno de los momentos cruciales
nuestra vida cristiana, como la preparación de nuestra primera comunión…sus
inesperadas pero siempre oportunas visitas a las aulas para revisar el buen
hacer de alumnos y catequistas, sus cortas pero magistrales palabras para con
nosotros, o esas claras y seguras respuestas a complicadas preguntas…momentos
de convivencia, largas mañanas de senderismo, los momentos previos a posesionar,
reuniones improvisadas, casuales encuentros que acababan siendo una profunda
conversación o simplemente esos minutos de la misa en los que quedamos
embelesados por su sermón porque en muy pocos hemos visto tanto énfasis y
entrega, tanto compromiso y sinceridad, tanta sabiduría y humildad, de manera
que las palabras del Padre, procedente desde este ambón, nos calaban
directamente a cada uno de nosotros…y es más, creo que no ha existido un solo
domingo en el que no hayamos salido de misa sin aprender una enorme lección
catequética impartida por este religioso dominico.
Luego están aquellos que se han cruzado contigo en momentos
puntuales, situaciones concretas pero estoy seguro que no es casualidad que
todos tengan buenas palabras para ti.
Tu mejor que nadie Juan Carlos, sabes cuales han sido la más
importantes y difíciles hazañas de este
periplo tuyo, de este caminar a veces arduo y trabajoso, pero que tu siempre has
facilitado a los demás.
Tu inmaculado e impecable trabajo en esta comunidad, tu
exigencia para contigo mismo en el buen hacer de las cosas, tu humildad y
honestidad, tu implicación voluntaria en asuntos que de no ser tú se hubieran
dejado de lado, el fomento de la devoción y culto a nuestro Santo titular Juan
Macías por nuestra barriada, el fomento de la devoción y veneración a nuestro
Santísimo Cristo de la Victoria por toda la ciudad de Cáceres, tu inmejorable
labor sobre la Cofradía Dominicana con la que conseguiste que la devoción a una
imagen transcendiera la mera religiosidad popular y en verdad tomáramos en
serio el espíritu de hermandad, la responsabilidad como cofrades y el
testimonio de fe que debemos dar cada sábado de pasión. No solo nosotros, sino
todas las cofradías cacereñas y con ellas nuestra diócesis, te deben agradecer
tu esmerada labor durante estos últimos tiempos, como delegado episcopal de
hermandades y cofradías.
En esta parroquia dejas sembrada una semilla que has
conseguido que crezca y madure, un ejemplo claro es el grupo de seglares
dominicas, una institución que consigue acercar la orden a los laicos y los
laicos a la orden.
Tu perpetua preocupación con los asuntos sociales, la ayuda a
las familias necesitadas, la invitación a la caridad y a la solidaridad
mediante Cáritas parroquial con la que también tanto has trabajado.
La difícil
gestión económica de nuestra comunidad con la que has lidiado durante estos
años también es un motivo más para darte las gracias. Entre otras muchas cosas,
has conseguido que la comunidad parroquial de San Juan Macías se haya
convertido en una gran familia.
Y sobre todo tu trabajo con los jóvenes, pocas parroquias
pueden presumir de tener una juventud más o menos asidua a la misa dominical,
comprometida con los proyectos de la parroquia, vínculos estrechos de amistad
que han tenido por hogar la Parroquia de San Juan Macías. Tú y tus directrices
sobre los catequistas han tenido por consecuencia que muchos hayamos completado
los sacramentos de iniciación cristianos aquí en esta parroquia, que ha sido,
es y será tu casa. Han sido muchos los
jóvenes y las familias que se han sentido atraídos por tu manera didáctica y
amena de hacer la misa dominical, prueba de ello es que hoy la Iglesia así de
llena.
Y es especialmente, esa dedicación entregada y altruista con
los jóvenes por lo que mereces un “gracias” muy grande y sentido. Por eso, los
benjamines de la parroquia tenemos a bien hacerte entrega de un pequeño detalle
con el fin de que nos tengas presente en esta nueva etapa.
No podemos negar que hoy, el día de tu marcha, nos arrope un
sentimiento de tristeza y pesimismo pero desprendiéndonos del egoísmo humano
hemos de ser generosos y pensar que tus palabras deben ser escuchadas en otros
lugares y tus ideas puestas en práctica en otras comunidades. Y como no hace
falta decir que te echaremos de menos, nos encomendamos a los santos dominicos
para que algún día, nuestros caminos vuelvan a cruzarse.
Estoy seguro que ni una década es suficiente para descubrir
lo enorme que eres. De corazón gracias, Padre Juan Carlos."
Acción de gracias, Eucaristía de despedida. Por Abraham Velarde González.
Amplia representación de los feligreses con el párroco posando para una fotografía de familia en el patio principial del Complejo Parroquial. |